miércoles, 13 de agosto de 2008

Sin Titulo (1)

No soporto mas esta situación. Ya he dejado el veneno de aquellas noches, he conocido lo más profundo de tu alma, de tu tranquilidad tan envidiada, pero nada! No logro entender cómo suceden las cosas, me pongo de cabeza, termino siempre de rodillas, con las piernas en el aire, sin pelo, sin lengua, sin ganas de sexo, sin ganas de remediar mis errores. Las únicas ganas que me quedan son las de comer, y estas me dan vida, y suelo pensar que soy feliz, como lo hice siempre antes de conocerte. Otro concepto de felicidad tal vez, otra forma de querer, de soñar, de planificar la vida, de usar estrategias y artilugios de los que antes yo me burlaba, que va! Irremediables son las caídas cuando pretendo seguirte, cuando intento conocerte y me pierdo, y caigo en lo oscuro, y me detengo y se detiene mi piel, y se me carcome la dermis con las uñas que voy deborando, y todo desaparece a mi alrededor hasta que de pronto callas. Callas, te detienes delante de mi y lo trasgredes todo, ocultas el temor, destrozas el miedo con los dientes, rompes en pedazos esa incómoda situación. Eres amo, eres señor del tiempo, eres dueño de mis entrañas, miles, segundos, horas contadas y bendecidas por la noche, por la somnífera y pacífica luminiscencia de tus ojos. Regalame tus días y esos despertares una vez más y me entregaré de seguro a eso que tu llamas felicidad.

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