jueves, 3 de enero de 2008

Presencia

El tiempo se ha quedado atrapado en la repisa donde están las fotos de cuando estábamos juntos. No hay otro lugar en la casa que me traiga los recuerdos más tristes de tu estadía en mi corazón. He tratado de borrarlos escondiendo los retratos y esos cuadros fríos en un cajón, pero no he conseguido más que llorar a los pies del velador. El espejo a veces me dice que el tiempo pasa sobre mí. Me doy cuenta de los días y los años, cuando me toco la cabeza, cuando cierro los ojos, cuando trato de sonreír. De un tiempo acá las cosas no son tan fáciles como pensé que serian, pero trato de hacer lo mejor por mi. La distancia corre fría con el aire que entra por la ventana a la habitación donde solías estar. Tu presencia aun no se desvanece por completo, por que te siento cada vez que me siento a los pies de la cama, porque te huelo como si entraras por esa puerta como cada noche al regresar a casa. No sabes cuanto me gustaría volver a esos días y hacer eternos los momentos que pasamos juntos. Pero ahora, en la soledad de este lugar, no puedo seguir existiendo por mi mismo, sin lo mejor que la vida me dio esa vez que nos cruzamos: el haberte conocido y el poder haberte amado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

asu madre..
:O