viernes, 21 de agosto de 2009

Insensato

Este tierno imbécil ha dejado de llevarse por las horas del reloj en la mañana y ha recurrido al despertador del corazón. En la mesa y en las ventanas ha pintado en color verde flechas y señales flourescentes, en la pantalla del ordenador ha dibujado una pizarra de salón de clase, y en la pizarra un corazón. El insensato es el rebelde, el que en los sueños ha mojado pantalones, ha llevado con la boca caramelos y ha besado una a una las manos de quienes le han dado de comer y le han quitado el deseo de vivir. Este tonto que no cree más que nada en los nombres de la gente, más que nadie en las caras de papel, es él que no causa pero revuelve y que no vuelve hasta imitarse y rendirse al espejo y en sí mismo al saberse no indeleble. El sensato pecador, sujeto traicionero, el que muerde huesos, el que toma todo lo que se puede tomar; el que no pierde porque no sabe jugar.

No hay comentarios: