miércoles, 6 de octubre de 2010

Esfera

Y de repente caímos, tu allí, yo acá, siempre la distancia en el medio. La oscuridad entre los dos. El vacío. Intentamos buscar la luz y no la encontramos.. Entre las sombras, sin embargo, encontré tu mano. Se sentía fría, húmeda. Me imaginé tus ojos, y me imaginé lágrimas en ellos. No pude imaginar tu sonrisa, de eso sí no tuve ni idea. ¿Sonreías? Lo pregunto porque en la oscuridad no lo pude ver, ni suponer; todo estaba oscuro aquí arriba también.

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